La capital de Turkmenistán se ha ganado un lugar por la concentración de edificios de mármol blanco y otras construcciones emblemáticas.
Ashgabat, la capital de Turkmenistán, se ha ganado un lugar en el Libro de Récords Guinness por la concentración de edificios de mármol blanco y otras construcciones emblemáticas.
Esta ciudad de Asia Central, ubicada entre el desierto de Karakum y las montañas Kopetdag, combina una monumental arquitectura con estrictas políticas de control gubernamental.
Con 543 edificios de mármol distribuidos en un área de 4.5 millones de metros cuadrados, Ashgabat ostenta la mayor concentración de este material en el mundo.
Además, la ciudad cuenta con records como el museo de alfombras más grande, que alberga la alfombra tejida a mano más extensa, y la torre de televisión, parte de la estructura arquitectónica en forma de estrella más grande del planeta.
Monumentos conmemorativos y construcciones simbólicas, como el Arco de la Neutralidad, reflejan el control político que marca su organización social.
La vida en Ashgabat está marcada por un régimen autocrático que regula aspectos de la vida pública y privada.
Desde la prohibición de plataformas digitales globales como WhatsApp y YouTube hasta restricciones sobre la apariencia personal y el color de los vehículos, las políticas gubernamentales limitan las libertades individuales.
Estas restricciones se complementan con la implementación de aplicaciones estatales para reemplazar las redes sociales prohibidas.
A pesar de ser catalogada como una de las ciudades más caras del mundo, algunos visitantes han señalado que aspectos como el transporte y la alimentación pueden resultar más accesibles de lo esperado.
El turismo en Turkmenistán, aunque limitado, ofrece a los visitantes la oportunidad de explorar una de las capitales más singulares del mundo: desde su arquitectura futurista hasta sus particularidades culturales.
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